- Generales:
El uso prolongado o indiscriminado de laxantes en general puede conducir a desequilibrios hidro-electrolíticos, habituación o dependencia, disfunción intestinal (atonía) y constipación crónica. Se debe advertir a los pacientes del riesgo en tal sentido. En caso de ser necesario un tratamiento por un tiempo superior a 7 días, el mismo debe ser indicado por un médico. En pacientes con nauseas, vómito, dolor abdominal agudo y otros síntomas sugestivos de apendicitis, se debe descartar su presencia previo al uso del producto. Se debe instruir a los pacientes a suspender la medicación e informar al médico si tras 48 horas de tratamiento la condición persiste o si con el uso del producto se presenta sangre en heces, dolor y/o irritación rectal aguda.
- Embarazo:
Dado que no se evaluado experimentalmente el potencial fetotóxico del glicerol y que no existen estudios clínicos adecuados que demuestren su seguridad en mujeres embarazadas, su uso durante la gestación debe limitarse a situaciones de real necesidad en las que el balance beneficio/riesgo, a criterio médico, sea favorable. No se administre durante el embarazo o cuando se sospeche su existencia a menos que a criterio médico el balance riesgo-beneficio sea favorable.
-Lactancia:
Como el glicerol no se absorbe sistémicamente después de su administración rectal, no cabe esperar que se excrete en la leche materna. Sin embargo, y dado que no se dispone de información relativa a la seguridad de su empleo durante la lactancia, se recomienda usar con precaución en ese período y tras la consideración previa del balance beneficio/riesgo. No se administre durante la lactancia, a menos que el médico lo indique.